Pido disculpas por mi ausencia temporal, pero he tenido un encuentro cercano del tercer tipo con la vida (con abducción incluida!)… la que, como han de saber, tiene tantas vueltas que a veces nos cambia el rumbo en 180º sin siquiera pedirnos permiso (je!). Eso me ha pasado, todo ha cambiado, en todo sentido… partiendo por lo que ha consumido mi tiempo y energías, pues sí… yo trabajaba en ventas, hace 4 años, tenía un trabajo en mi ciudad que era apaciblemente estable y desde el año pasado tenía el ofrecimiento de trabajar en ventas también pero un rubro absolutamente diferente, lo interesante es que se trataba de una empresa a la que quiero mucho, no, MUCHO, con mayúsculas, mi radio favorita, donde trabaja uno de mis amigos más queridos, el asunto es que cuando volví de vacaciones se produjo la oportunidad de trabajar con ellos, pero ya no en ventas, sino que el llamado es ahora para hacerme cargo de la administración de la radio, incluyendo también proyectos en el área de producción y en el área creativa. Aunque no ganaré mucho más dinero del que ahora gano, el perfil del trabajo es espectacular, la empresa igual y por supuesto la gente… uff!!! Pero… implica 5 horas de viaje diarias (queda un poquitín lejos), casi dejar de ver a mi familia… claro, no es mucho lo que se puede compartir levantándose a las 5 de la mañana y volviendo a las 22 hrs… por otro lado, lo que se deja atrás, mi jefe, que ha sido un buen amigo en estos 4 años, dejar al grupo de gente del que estaba a cargo, dejar la comodidad de simplemente caminar hasta el trabajo en minutos, entonces.. qué hacer? Aceptar ese trabajo espectacular y sacrificarse, o continuar con el antiguo deseando por dentro haberse atrevido? Pocos días para decidir, mucho por implicar… finalmente me decidí, hace dos semanas trabajo en radio… TRABAJO EN RADIO!!! “¡¡¡ Y qué!!! ”, dirán muchos, pero saben?… si hay algo que quiero rescatar de esto tan personal que les cuento es que ¡caramba! qué bien se siente el levantarse cada día contento de ir a trabajar, sonriente, hacer del trabajo no sólo el medio de sustento, sino obtener la gratificación intrínseca de disfrutar lo que se hace y no sólo esperar que las horas pasen lo más rápido posible para poder irse a casa. Sé que no siempre, o no todos tenemos la casi bendición de trabajar en algo que nos guste, pero cuando existe la posibilidad, aunque sea remota, ¿no vale la pena luchar por ella, jugárselo todo por lograrlo? Siiiiiii, doy fe de ello. El mes pasado, escuchaba habitualmente mi emisora favorita, mi amigo me contaba de cómo era trabajar en radio y la verdad es que aunque no me atreví a planteármelo como una posibilidad porque lo veía muy lejano, siempre me pareció genial, y me quedaba como con la sensación de “el sueño imposible”… hoy, llevo ya dos semanas integrándome, aprendiendo, tratando de absorber como esponja todo lo que me enseñan, ideando ya un nuevo sistema de trabajo para simplificar y hacer más efectiva la gestión administrativa, y por otro lado, pensando en lo que se viene, ya está pautado que participaré en cápsulas en un programa en vivo desde Abril y hay otros proyectos que me roban sonrisas y me tienen en estado de Bliss . Decidí mudarme a esa ciudad, así que en dos semanas más me voy con camas y petacas, como dicen por ahí. Estoy tan contenta…
Mi nuevo jefe, que es un hombre muy inteligente y simpático, le preguntó a mi amigo cierta vez… “¿tú te levantas contento en la mañana?” (refiriéndose al trabajo), él sonrió y dijo “claro que sí” (y en realidad yo sé que sí, porque lo veo a él súper motivado, sé que ama lo que hace y lo hace muy bien). Yo también puedo decir que me levanto feliz en las mañanas! (aunque a las 5 am más parece media noche que madrugada je!) pero saben?… Vale la pena!